Nutrición preconcepcional para un embarazo saludable: ¿Qué se nos está pasando por alto?

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Embarazada comiendo una dieta saludable durante la preconcepción

La nutrición preconcepcional es una parte importante de la preparación general para un embarazo sano, independientemente de la gravidez.

La salud y el cuidado previos a la concepción se centran en la gestión de la nutrición y el peso, para aumentar las posibilidades de un embarazo saludable. La nutrición preconcepcional es una parte importante de la preparación general para un embarazo sano, independientemente de la gravidez.

Una dieta saludable antes de la concepción reduce los riesgos del embarazo y los resultados deficientes del parto, incluidos el parto prematuro, la diabetes gestacional y los trastornos hipertensivos del embarazo.1,2,3

La dieta debe incluir cinco grupos de alimentos: cereales, verduras, frutas, lácteos y proteínas.4 Los aceites no están incluidos en este grupo; sin embargo, los aceites de frutos secos, el pescado, las aceitunas y los aguacates pueden incluirse en la dieta con moderación.4

Aparte de estos elementos, las guías de consenso recomiendan que las mujeres embarazadas consuman alrededor de 200 mg de DHA al día para optimizar los resultados del embarazo y mejorar la salud del feto.5

Nutrición preconcepcional

Embarazada checando nutrimentos de su dieta en el celular

Hay muchas variables que afectan el estado de la nutrición preconcepcional, como el acceso a alimentos sanos y suplementos alimenticios, las preferencias alimentarias basadas en la cultura, el nivel de ingresos, la genética, el estilo de vida, los hábitos, las enfermedades o la exposición a la contaminación.6,7

Muchas mujeres no siguen una dieta equilibrada y pueden tener un estado nutricional deficiente que no satisface las exigencias crecientes del embarazo.8 Así como sucede con la obesidad, las deficiencias de nutrientes esenciales pueden tener graves consecuencias durante el embarazo y para los recién nacidos.

Estos efectos negativos de las deficiencias también pueden aumentar en casos en los que haya periodos cortos entre embarazos, pues se agotan las reservas nutricionales de las mujeres, lo cual provoca muertes neonatales, mortinatos, bajo peso al nacer y partos prematuros. Por otra parte, el sobrepeso y la obesidad aumentan más el riesgo de padecer trastornos hipertensivos maternos y de diabetes gestacional.2

Aunque muchos componentes esenciales pueden absorberse a partir de la dieta habitual —como vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos y otros—, las demandas fisiológicas durante la preconcepción pueden necesitar suplementación adicional de micronutrimentos.9

Varios estudios observacionales mostraron una fuerte asociación entre la salud previa al embarazo y los resultados maternos e infantiles. Las consecuencias pueden extenderse durante generaciones.7

Nutrientes esenciales durante la preconcepción

Embarazada tomando suplemento alimenticio

Ácido fólico

El ácido fólico es uno de los nutrientes más esenciales que se necesitan durante el periodo previo a la concepción, pues determina en gran medida el desarrollo y el crecimiento apropiados del feto. Todas las mujeres en edad reproductiva necesitan mínimo 400 microgramos (mcg) de ácido fólico al día.4,9

Diferentes asociaciones como USPHS, AAP, ADA, ACOG y AAFP recomiendan suplementos de ácido fólico en mujeres en edad reproductiva durante el periodo preconcepcional para prevenir defectos del tubo neural en sus hijos.9 La espina bífida es uno de los defectos congénitos más comunes observados a causa de la deficiencia de ácido fólico durante el embarazo. Puede provocar parálisis, incontinencia y, en algunos casos, discapacidad intelectual.4

A las mujeres del grupo de alto riesgo (mayor riesgo de defectos del tubo neural o deficiencia de ácido fólico) se les recomiendan 5 mg de folato al día durante el periodo preconcepcional y el primer trimestre del embarazo. En esta categoría se incluyen las siguientes:9

  • Mujeres hispanas
  • Mujeres obesas
  • Mujeres con diabetes tipo 2 y control glucémico deficiente
  • Nacimientos con defectos previos del tubo neural
  • Mujeres que toman antiepilépticos para controlar convulsiones

Los primeros 28 días después de la concepción es el periodo en el que se produce la mayoría de los defectos del tubo neural. La suplementación de ácido fólico durante este periodo puede ser muy benéfica; sin embargo, muchas mujeres no se percatan de estar embarazadas en el primer mes. De ahí que la recomendación sea iniciar el consumo de ácido fólico durante la preconcepción y continuar durante todo el embarazo.4

Hierro

Las mujeres en edad reproductiva corren un mayor riesgo de padecer deficiencia de hierro debido a embarazos frecuentes, pérdida de sangre durante la menstruación y mala alimentación. Las mujeres mayores de 18 años necesitan 18 miligramos (mg) de hierro al día.4

La acumulación de hierro antes de la concepción ayuda a la madre a nutrir al bebé durante el embarazo. Las reservas de hierro pueden aumentar consumiendo regularmente buenas fuentes de hierro, como aves de corral, carne, pescado, verduras de hoja verde de la familia de la col, legumbres como los guisantes y pan integral.4

La ferropenia es la causa más frecuente de anemia en el embarazo. Es fundamental que todas las mujeres se sometan a pruebas de detección de anemia ferropénica en las consultas preconcepcionales para mejorar los resultados perinatales.9

Calcio

La formación de huesos sanos es un proceso importante durante la preconcepción. El bebé en desarrollo necesitará calcio y, en caso de deficiencia en la dieta de la embarazada, el bebé puede extraer calcio de los huesos de la madre, lo cual puede aumentar el riesgo de osteoporosis en la madre.

El Instituto de Medicina de Estados Unidos recomienda 1000 mg/día de calcio para las mujeres de entre 19 y 50 años y 1300 mg/día para las menores de 19 años. Tomar 3 raciones de leche al día puede aportar unos 1000 mg de calcio.9,10

Otros nutrientes

La suplementación de multimicronutrimentos durante la preconcepción parece ser una estrategia prometedora para reducir los resultados adversos del embarazo y conseguir un parto más saludable gracias a la mejora del estado nutricional.

La vitamina D es esencial para la salud de las mujeres embarazadas y los lactantes.9 Es necesaria para la formación de la hormona calcitriol que, a su vez, permite una absorción suficiente del calcio de la dieta.10 La mayoría de los expertos coincide en que las necesidades diarias pueden ser cercanas a las 1000 UI o superiores.9

Entre las mujeres con riesgo de deficiencia de vitamina D se encuentran quienes no se exponen lo suficiente a la luz solar, quienes tienen una ingesta alimentaria menor de vitamina D (no toman lácteos o tienen intolerancia a la lactosa) y quienes se cubren la cabeza.9

El yodo es necesario para la producción de tiroxina y triyodotironina. Un consumo inadecuado de yodo da como resultado una producción insuficiente de hormonas tiroideas y una serie de trastornos como retraso mental, cretinismo, mortinatalidad, aborto y aumento de la mortalidad neonatal e infantil, bocio e hipotiroidismo.

Las mujeres en edad reproductiva que sufren deficiencia de yodo deben recibir asesoría sobre la importancia de una ingesta adecuada de 150 µg de yodo durante la fase preconcepcional.9

Las mujeres en edad reproductiva deben alcanzar un buen estado nutricional antes de la concepción para minimizar los riesgos para la salud tanto de la madre como del bebé. Las intervenciones específicas sobre nutrición son esenciales en este periodo previo a la concepción debido a la asociación clínica entre un mal estado de la madre y sus consecuencias.

Aunque una dieta deficiente y la malnutrición son frecuentes en las mujeres jóvenes, además de una dieta variada, se recomiendan ciertos suplementos de micronutrimentos para prepararse para un embarazo saludable.

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